Aprendí por primera vez sobre mantenimiento de barcos en La Ciotat, Francia, y trabajé allí con fibra de vidrio y materiales compuestos en superyates.
Luego un fijo y preparado para la navegación offshore à gibsea 107 (37 pies).
Lo navegó en solitario desde la costa francesa hasta Córcega, Sardaigna, Baleares, Andalucía, Gibraltar y Canarias. Allí conocí a mi novio, también capitán, navegamos hasta Cabo Verde y finalmente cruzamos el Atlántico hasta el Caribe. Trabajamos en Martinica y volvimos a Canarias. Regresaron a Ibiza a través de Gibraltar nuevamente.
¡Muchas millas náuticas!