En los viajes de una semana solemos intentar conseguir permiso para ir a la preciosa isla de Cabrera para poder hacernos con una de las boyas de amarre especialmente diseñadas para los yates visitantes. Este pequeño paraíso, también llamado "Islas de la Cabra", se encuentra a unas 7 millas náuticas del extremo sur de Mallorca. El archipiélago debe su nombre y el estado árido de su vegetación a sus (antiguos) habitantes principales: las cabras salvajes, que pastan regularmente en la vegetación joven de las pequeñas islas con un hambre insaciable. Legalmente protegido de las visitas masivas (sólo 50 visitantes por día y estrictas normas de conducta), el archipiélago es uno de los últimos paraísos naturales del Mediterráneo.
La formación se realiza según las directrices de la DSV (Asociación Alemana de Vela). Todos los instructores son instructores de navegación con experiencia. El viernes antes de finalizar el viaje habrá un examen práctico ante el tribunal examinador oficial. Si solo usáis el viaje para repasar o para conoceros... bueno, no podéis hacer el examen, pero también podéis participar en él.
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