Desde Puerto Rico, en el mar Caribe, zarparemos rumbo a las islas Bermudas.
Navegaremos dentro del régimen de los alisios, empujándonos viento en popa y la temperatura veraniega.
La llegada al archipiélago de las Bermudas es maravillosa. Geológicamente son espectaculares, rebosantes de colores exóticos y siempre cálidas bajo el sol. Probablemente el archipiélago más mitico y mencionado diverso del Atlántico norte.
La travesía se realiza a bordo de nuestro Ketch de acero de 22 metros amplio, seguro, sólido y fácil de navegar. A bordo embarcaremos un máximo de 8 pasajeros, cada uno con su cama individual. En el salón, una amplia zona polivalente de día donde impartimos clases de meteorología, se sirven las comidas y salón acogedor en los tiempos libres.
La tripulación se compone de un capitán experimentado y un primer oficial, ambos bilingües (inglés y castellano al menos), de forma que siempre haya un responsable de guardia.
A bordo enseñaremos (a todos los que os animéis) el oficio del marino, con la posibilidad de certificar vuestros conocimientos con títulos como RYA Competent Crew, RYA Watch Leader y RYA essential Navigation & Seamaship. Asimismo, habrá la posibilidad de hacer las millas necesarias para las titulaciones RYA Yacht Master y PPER.
Esta es una travesía para viajeros activos, navegamos juntos el barco. Te enseñamos todo lo que necesitas saber a lo largo del camino, desde seguridad, vida a bordo, navegación, etc., hasta dirigir el barco.
Se requiere experiencia previa en navegación costera y nocturna.
Naturalmente, también habrá mucho tiempo para relajarse, leer un libro y mantener conversaciones estimulantes con los compañeros de viaje.
Durante la noche tendremos régimen de guardias. De esta manera, podremos seguir navegando 24 horas al día y todos a bordo del barco tendremos tiempo suficiente para descansar, comer y dormir. Las noches en el mar son mágicas; debido a la completa falta de contaminación lumínica, no sólo estás contemplando las estrellas: puedes ver toda la Vía Láctea dispuesta ante ti.
Llegar a puerto después de un largo viaje por mar es una experiencia inigualable y una primera muesca en las navegaciones oceánicas personales de cada tripulante.
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