La cita es a primera hora de la tarde del lunes. Una vez a bordo, os familiarizaréis con el barco a través de una breve sesión informativa y colocaréis vuestro equipaje en los camarotes. En cuanto estemos listos para zarpar con los depósitos llenos y la cocina estibada, soltaremos las amarras hacia Palmarola o Ponza, donde llegaremos tras aproximadamente 5/6 horas de navegación. Durante la travesía definiremos juntos el itinerario aproximado en función de las condiciones meteorológicas y del mar y de sus preferencias.
Visitaremos hermosas bahías como Cala Spermaturo, Cala Brigantina o Cala del Porto en Palmarola o Cala Feola (donde hay piscinas naturales), Lucia Rosa, Chiaia di Luna o Arco Naturale en Ponza.
Para aquellos que simplemente quieren relajarse, Ponza y Palmarola ofrecen diferentes bahías y vistas para cada día de la semana. Pero si la tripulación es más deportista y aventurera, hay tiempo de sobra para dirigirse a Ventotene (3/4 horas de navegación desde Ponza) donde amarraremos en el sugerente Puerto Romano, excavado íntegramente en la toba.
Será una semana de naturaleza y relax, con aperitivos al atardecer, cenas bajo las estrellas y noches fondeadas acunadas por las olas. Las travesías serán impulsadas al máximo por el viento, por lo que quien quiera podrá acercarse al mundo de la navegación o mejorar sus habilidades en la navegación en barco. Aquellos que solo quieran relajarse con un buen libro o tomar el sol podrán hacerlo, lo importante es que todo se haga con educación y respeto hacia los demás.
¡Cualquiera que pueda deleitarnos con delicias sabrosas es bienvenido! La cocina de a bordo está abierta a cualquiera que quiera utilizarla... ¡y la tripulación seguramente te lo agradecerá! Pero no te preocupes: ¡por regla general, quienes cocinan no lavan los platos!
Tanto si nunca has subido a un barco como si eres un experto navegante, una semana en un velero, además de regenerativa, te aportará emociones, diversión y relax. ¡Y no puedes esperar a volver a bordo!
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