El embarque se realiza en Nueva York, Estados Unidos. La primera etapa de este viaje transatlántico de Oeste a Este zarpará hacia San Pedro y Miquelón, un archipiélago francés en el fin del mundo. La duración de la escala variará: breve si la ventana de tiempo es favorable para llegar a Lorient, un poco más larga si es necesario esperar para llegar a Bretaña, con mejores condiciones de navegación.
860 millas náuticas separan Nueva York de San Pedro y Miquelón, en ruta directa. Calculamos de 6 a 7 días para esta primera etapa, pero podría ser más rápida o más lenta según las condiciones meteorológicas.
Desde San Pedro y Miquelón hasta Lorient, se cubrirán 2150 millas náuticas por ruta directa, lo que supone unos quince días de navegación. Según los mapas meteorológicos, un tercio del recorrido es en ceñida, la mitad en travesía y el resto a favor del viento. En la travesía hacia el este, pasando por San Pedro y Miquelón y los bancos de Terranova, navegarán a través de la niebla creada por el choque térmico entre el aire frío que baja de la corriente del Labrador y las aguas cálidas de la corriente del Golfo. El aire se volverá más denso, los cambios de vela serán más frecuentes y el mar más hostil, pero afortunadamente a favor del viento. Después, se deslizarán sobre el oleaje del oeste, que se alargará y los empujará hacia la costa irlandesa, antes de descender hacia Francia. ¡La tripulación tendrá que hacer funcionar el barco!
Te proponemos formar parte de la tripulación de un Challenge 67, donde todos participan al 100% en la gestión del yate. Este monocasco de 21 metros se construyó para el BT Global Challenge, una regata tripulada alrededor del mundo contra vientos dominantes. Nuestros barcos evitan deliberadamente el uso de prácticos o enrolladores —no es parte de su esencia— debido a los cambios en las velas. De hecho, es una de las mejores maneras de descubrir y aprender la navegación oceánica. Aparejado como un cúter, incluye estay, Yankee 1/2/3, génova grande, spinnaker asimétrico y vela mayor de sables.
Supervisada por dos marineros profesionales, Capitán 200 de Vela y graduados en Juventud y Deportes, la tripulación vive al ritmo de los turnos de navegación, pero también de los turnos de mayordomía, cocina, fregado, etc. Esta navegación en alta mar, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es una travesía transatlántica, no un crucero. ¡Tendrás que soportar el mal tiempo, el calor, a veces el frío, la lluvia y el sol! Por lo tanto, debes estar psicológicamente preparado para participar en una travesía atlántica.
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